Hoy ha pasado más de un año
desde que te solté la mano. Te estarás preguntando porque he vuelto a
escribirte, y quizás por tu mente este cruzando la idea que quiero volver a
estar contigo, pero te estas equivocando te escribo para que sepas la razón por
la que decidí dejarte libre sin mí.
La vida me enseñó a través de
muchas caídas que cuando uno siente que ya cumplió un ciclo en la vida de una
persona es mejor salir como un buen recuerdo a permanecer una molestia.
Los motivos por los que decidí
alejarme de tu vida son muchos pero el más relevante fue que ya no te aportaba
para que puedas seguir creciendo y más bien te iba a estancar allí, tú eres una
mujer extraordinaria que busca un crecimiento constante y yo ya no podía bridarte
más.
Debo reconocer que talvez yo
fui el cobarde que no quiso quedarse, pero siempre tú has sido mi prioridad y sabía
que sin mi te sería más fácil volar y cumplir las metas y sueños que yo no podía
ayudarte a llegar.
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