La
vida de niños nos presentó,
Ella
mismo nos separó por un tiempo,
Nos
enseñó a ser fuertes, nos dio experiencia,
Nos
enseñó a reconocer lo bueno y lo malo,
Pero
ella misma nos tenía preparado volver
A
encontrarnos para seguir enseñándonos.
La
vida y el destino, tenían claro que primero,
Debíamos
aprender del sufrimiento y el dolor,
Tenían
que poner aprueba una amistad de niños,
Para
comprobarla que el tiempo no se la llevaría.
Cada
uno por distintos destinos debíamos recorrer,
Diferentes
caminos, compartir con nuevas personas,
Conocer
nuevos amores, experimentar nuevas emociones,
Vivir
el dolor de una traición o una mentira.
Debíamos
aprender a ser fuertes, aprender que al caernos
Debemos
levantarnos con mayor fuerza, que siempre
Debemos
verle el lado positivo a las situaciones por adversas
Que
estas parezcan.
Una
vez que hayamos atravesado todas estas etapas,
La
vida y el destino mismo se encargarían de volvernos a
Encontrar.
Así
pasó, transcurrió el tiempo, más o menos 9 años pasaron
Donde
cada uno aprendió sus lecciones y estábamos listos para
Volver
a encontrarnos y continuar con lo que la vida
Nos
tenía predestinado a que sucediera.
Y
así la vida nos puso nuevamente frente a frente
Aquella
niña y aquel niño por fin habían aprendido lo necesario
Para
poder continuar su camino, tomados de la mano de la
Amistada,
que en un futuro se transformara en amor.
La
vida por más absurda que parezca siempre tiene un
Motivo,
un propósito. Debes dejar que ella te sorprenda
Recuerda
que las mejores cosas de la vida vienen de la nada.
Cuando
menos te lo esperas la vida da respuestas a las preguntas
Que
te asías de pequeño, y una que me dio respuesta fue a la de
¿Dónde
está la mujer de mi vida?
Y
tan claro me respondió la vida y el destino que me dijeron;
Te
la presentamos de niña, para que entables una amistada,
Quisimos
probar que el tiempo mantendría esa amistad.
Debíamos
dejar que los dos aprendieran lecciones,
Que
conocieran ciertas situaciones con otras personas
Para
que cuando se vuelvan a encontrar estén listos
Para
disfrutar el fruto de su paciencia.
Y
así fue el destino me puso frete a aquella niña, que ahora
Es
la mujer que tanto quiero, con quien disfruto cada momento,
Con
quien no me da miedo dejarle conocerme profundamente.
Estoy
agradecido con la vida y el destino por responder preguntas
Que
pensaba nunca llegarían a tener respuestas, ahora sé que
Primero
debemos aprender, reír, llorar, para que cuando llegue la
Persona
indicada sepas como disfrutar y hacerla y ser feliz junto a ella.
Autor: Cristian
Murgueytio
Fecha:
2015/08/11 13h25
Quito – Ecuador